EE. UU. entra en cierre parcial del gobierno

Washington D.C.—El Senado de Estados Unidos fracasó anoche en aprobar un proyecto de ley de gastos, lo que obligó a la administración federal a iniciar un cierre parcial del gobierno. La parálisis afecta a parques nacionales, museos y muchas agencias federales, mientras que cerca de 750.000 empleados públicos serán suspendidos diariamente sin pago, según estimaciones de la Oficina de Presupuesto del Congreso (CBO).

La falta de consenso legislativo refleja una polarización política que se ha vuelto crónica. Los demócratas denuncian que los republicanos están usando a los empleados federales como presión, mientras los republicanos argumentan que no aprobarán financiamiento sin recortes estructurales al gasto.

La gravedad de la situación se expresa en las primeras medidas: museos del Instituto Smithsonian cerraron sus puertas, y los parques nacionales —incluyendo Yellowstone y el Gran Cañón— quedan inaccesibles al público. Ese golpe al turismo interno y externo inmediatamente repercute en la economía local.

Respecto a los empleados federales, la ley vigente les garantiza que recibirán sus salarios retroactivos, pero la falta de liquidez los obliga a enfrentar deudas y compromisos sin ingresos.

Por parte del Ejecutivo, el vocero de la Casa Blanca defendió la necesidad de mantener firmeza ante exigencias que calificó de “gastos insostenibles”, planteando que este cierre parcial es una herramienta de negociación política, no un capricho.

La oposición demócrata respondió con advertencias: un cierre prolongado podría causar pérdidas millonarias en turismo, retrasos en programas de salud e investigación, y afectar directamente a comunidades dependientes del empleo federal. “No se trata solo de números: son vidas, familias y comunidades las que están en juego”, señaló la senadora Elizabeth Warren.

En el horizonte económico, expertos advierten que el cierre coincidirá con un momento de fragilidad: la Reserva Federal ya ha señalado riesgos de desaceleración, y la incertidumbre presupuestaria podría aumentar la volatilidad en los mercados internacionales.

No hay fecha acordada aún para un nuevo voto —la opción de una “resolución continua” tiene apoyo entre moderados de ambos partidos, pero las líneas están tan trazadas que no se descarta un cierre de semanas. De prolongarse, EE. UU. podría revivir escenas de la parálisis más extensa vivida entre 2018 y 2019.

Este cierre parcial trasluce algo más que desacuerdos fiscales: exhibe una crisis institucional y de liderazgo. Para sectores de centro y derecha, representa una oportunidad para debatir el tamaño del Estado y las prioridades que deben financiarse con recursos públicos.

Mientras tanto, millones de ciudadanos ya sienten el efecto inmediato de un pacto incumplido entre quienes gobiernan.

Previous
Previous

Unos 200 manifestantes protagonizan una “protesta de emergencia” contra ICE

Next
Next

Nuevos requisitos de ciudadanía en EE. UU.: más preguntas y mayor escrutinio