Nuevos requisitos de ciudadanía en EE. UU.: más preguntas y mayor escrutinio

Convertirse en ciudadano estadounidense es considerado uno de los mayores privilegios para un inmigrante. Sin embargo, ese camino acaba de volverse más exigente. La Oficina de Inmigración y Ciudadanía (USCIS) anunció cambios en el proceso de naturalización, que incluyen un examen más largo, requisitos de conocimiento cívico más estrictos y verificaciones vecinales sobre el solicitante.

La abogada de inmigración Marta Arias, invitada en Punto Clave, detalló que el examen pasó de 100 a 128 preguntas, retomando el formato implementado en 2020 durante la administración de Donald Trump. Aunque muchas de las preguntas siguen siendo similares, algunas son más extensas y demandan un mejor dominio del inglés. “Ahora harán 20 preguntas y el solicitante debe responder correctamente al menos 12. Si se equivoca en nueve, el examen se da por perdido de inmediato”, explicó.

Otro cambio que genera polémica es la introducción de investigaciones vecinales. Funcionarios podrán entrevistar a vecinos, colegas y conocidos para verificar la conducta y reputación del solicitante. Arias advirtió que este mecanismo podría ser injusto: “Si alguien tiene una mala relación con un vecino o se topa con personas problemáticas, eso puede perjudicarlo injustamente en su proceso de ciudadanía”.

El nuevo esquema también eleva la presión sobre solicitantes con dominio limitado del inglés. Aunque existen excepciones para adultos mayores con décadas de residencia o para personas con discapacidades médicas, el aumento en la complejidad del examen podría dificultar la aprobación de quienes tienen menos acceso a educación formal.

La naturalización otorga derechos fundamentales como el voto y la posibilidad de postularse a cargos públicos, pero también implica deberes: jurar lealtad a la Constitución, servir como jurado y, en casos extremos, defender al país. Con los cambios recientes, el camino hacia ese estatus se vuelve más desafiante, lo que ha reavivado el debate sobre si las reformas buscan fortalecer el civismo o disuadir a potenciales nuevos ciudadanos.

“Cada promesa política tiene un costo, y cada derecho adquirido con la ciudadanía también. Lo preocupante es que este proceso podría convertirse en un obstáculo excesivo para quienes ven a Estados Unidos como su hogar permanente”, concluyó Navarro durante el programa.

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