Senado de EE. UU. cuestiona a RFK Jr.
Washington.– El Secretario de Salud, Robert F. Kennedy Jr., enfrentó este jueves una audiencia pública en el Senado marcada por fuertes críticas a su gestión en materia de vacunas y por el reciente despido de la directora de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC). La funcionaria cesada, cuya identidad no fue revelada en la sesión, ha manifestado su disposición a testificar bajo juramento, acusando a Kennedy de desacreditarla de manera deliberada.
Durante la audiencia, varios senadores demócratas, entre ellos Elizabeth Warren, Ron Wyden y Bernie Sanders, reprocharon al funcionario su historial de declaraciones vinculadas a posturas antivacunas, que consideran dañinas para la confianza pública en la salud. Warren calificó de “irresponsable” la conducción de Kennedy, mientras que Sanders advirtió que las decisiones del secretario “ponen en riesgo la salud de millones de estadounidenses”.
Kennedy defendió sus políticas alegando que busca garantizar “transparencia” y “seguridad” en el sistema sanitario, aunque evitó dar detalles sobre las razones del despido en los CDC. El episodio se suma a una larga lista de controversias en torno a su liderazgo en el Departamento de Salud y Servicios Humanos (HHS), donde enfrenta presiones tanto de legisladores como de asociaciones médicas.
La polémica ha tenido un impacto inmediato en el plano estatal. Varios gobernadores de la costa oeste, entre ellos los de California, Oregón y Washington, anunciaron la conformación de una alianza sanitaria regional que se regirá por criterios estrictamente científicos para diseñar políticas de vacunación y respuesta a emergencias epidemiológicas. Esta medida busca contrarrestar la desconfianza generada a nivel federal.
El debate en el Senado refleja la creciente fractura entre sectores que respaldan a Kennedy, al considerarlo un crítico legítimo del poder farmacéutico, y aquellos que lo acusan de difundir desinformación. La situación plantea nuevos desafíos para la administración Trump, que ha defendido la permanencia de Kennedy en el gabinete pese a las tensiones con el Congreso.