Aumenta la tensión entre Estados Unidos y Venezuela tras despliegue de flota naval
Miami. — El despliegue de una flota del US Navy frente a las costas de Venezuela ha elevado las tensiones políticas y militares en la región, generando preocupación entre la comunidad internacional y, de manera particular, en la diáspora venezolana asentada en Miami. El tema fue analizado en el programa Intel Source, conducido por el exoficial de inteligencia y analista Ron Aledo, con la participación del abogado venezolano Edgar Simón Rodríguez, cercano a la líder opositora María Corina Machado.
El movimiento militar estadounidense se produce días después del hundimiento de una embarcación venezolana, presuntamente vinculada al narcotráfico, interceptada por fuerzas de EE. UU. La acción provocó la condena inmediata del gobierno de Nicolás Maduro, que respondió movilizando a las denominadas milicias urbanas bolivarianas, cuerpos de apoyo civil a las fuerzas armadas, en lo que el chavismo describe como una medida defensiva frente a un “posible ataque extranjero”.
Para Edgar Simón Rodríguez, la reacción del régimen es síntoma de debilidad y temor. Durante la entrevista aseguró que el oficialismo ha intensificado la represión interna contra presos políticos, a quienes, según denuncias, se les restringe el acceso a alimentos y se les somete a sesiones forzadas de propaganda oficial. “Los amenazan diciendo que, si Estados Unidos lleva a cabo alguna acción militar, ellos serán las primeras víctimas”, relató el abogado, quien mantiene contacto con familiares de detenidos en Venezuela.
El contexto internacional añade tensión al panorama. El Departamento de Justicia de EE. UU. elevó recientemente a 50 millones de dólares la recompensa por la captura de Nicolás Maduro, acusado de narcotráfico junto a altos mandos como Diosdado Cabello y el ministro de Defensa Vladimir Padrino López, señalados de liderar el llamado “Cartel de los Soles”. Para Aledo, este aumento de presión judicial y militar no es casual: “La presencia de la flota naval ocurre de manera simultánea al endurecimiento de las medidas contra Maduro, lo que refuerza la percepción de que Washington busca una acción más decisiva”.
Sin embargo, el analista descartó la posibilidad de una invasión a gran escala al estilo de Panamá en 1989. Explicó que la fuerza desplegada no es suficiente para una operación de esa magnitud, aunque sí podría ejecutarse una estrategia de “decapitación” dirigida a los principales líderes del chavismo. “Una acción quirúrgica, acompañada de un eventual levantamiento militar interno, es un escenario más viable”, señaló Aledo.
Rodríguez coincidió en que la presión internacional podría provocar fracturas en la cúpula del poder en Caracas. Según dijo, sectores de la Fuerza Armada venezolana de rango medio estarían esperando garantías para actuar en contra del régimen. Recordó que en las elecciones del 28 de julio de 2024, en los centros de votación exclusivamente militares, el opositor Edmundo González Urrutia habría superado a Maduro, lo que demostraría un descontento latente en los cuarteles.
La situación también refleja los dilemas regionales. Para la oposición venezolana en el exilio, la intervención estadounidense no solo sería clave para acelerar un cambio de poder en Caracas, sino que tendría efectos en países aliados como Cuba y Nicaragua. “La libertad de Venezuela ofrece un panorama diferente para toda Hispanoamérica”, afirmó Rodríguez, agradeciendo además el respaldo del presidente Donald Trump a la causa opositora.
El escenario, no obstante, permanece cargado de incertidumbre. Mientras Maduro apela a la movilización de milicias y al discurso antiimperialista, la oposición confía en que el cerco diplomático, judicial y militar termine por quebrar a la cúpula chavista. En palabras de Aledo, la pregunta clave es si la presión actual será suficiente para provocar un desenlace en el corto plazo.