Ciudades santuario: entre la tradición de refugio y la presión económica actual

Washington.-El debate sobre las llamadas ciudades santuario volvió a ocupar espacio en la discusión pública tras el repunte de la inmigración y el señalamiento de líderes locales y nacionales sobre el costo económico de albergar a indocumentados. El tema fue analizado en el programa Punto Clave, conducido por Lucía Navarro, con la participación del analista conservador Israel Ortega.

Según datos del Pew Research Center, en junio de 2025 vivían en Estados Unidos 51,9 millones de inmigrantes, lo que equivale al 15,4% de la población. Aunque la cifra representa una ligera baja respecto a los 53,3 millones reportados en enero, el volumen migratorio sigue siendo el mayor del mundo, con predominio de personas originarias de México (11,4 millones), seguidas por India, China, Filipinas y Cuba.

Navarro recordó que el concepto de ciudad santuario tiene raíces históricas. La primera se estableció en Berkeley, California, en 1971, inicialmente para proteger a marineros que se oponían a la Guerra de Vietnam. Posteriormente, en 1985, la misma ciudad aprobó medidas en apoyo a refugiados centroamericanos que huían de las guerras civiles. Actualmente, jurisdicciones como Los Ángeles, Nueva York, Chicago y San Francisco se cuentan entre las más reconocidas bajo esta categoría.

Israel Ortega / Analista conservador

En términos prácticos, una ciudad santuario es aquella que limita su cooperación con autoridades federales en la aplicación de leyes migratorias, particularmente con la agencia ICE. De acuerdo con el Centro para Estudios de Inmigración, en marzo de 2025 se identificaban 230 ciudades y condados en Estados Unidos con políticas de este tipo.

El analista Israel Ortega señaló que, más allá de la tradición humanitaria, las ciudades santuario se han convertido en un terreno de disputa política. “Muchos alcaldes usan estas políticas como oposición al presidente Donald Trump y al Partido Republicano. Pero lo que vemos es que la gente empieza a cansarse de esta postura”, afirmó. Ortega puso como ejemplo a Nueva York, donde —dijo— el alojamiento de migrantes en hoteles y la entrega de tarjetas de débito a indocumentados generó malestar incluso entre votantes de izquierda.

“Este país sigue siendo un país que apoya la inmigración, pero también es un país que quiere orden”, concluyó el analista. El debate, que mezcla factores históricos, legales, humanitarios y económicos, anticipa ser uno de los temas centrales en la agenda política rumbo a las elecciones de 2026.

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