Richard Miller en Dinero y Más: “La guerra del futuro ya empezó — y Estados Unidos no puede quedarse atrás”
En una nueva entrega del programa Dinero y Más, el conductor Raúl Mas abordó una conversación de alto nivel con Richard Miller, capitán retirado de la Marina de los Estados Unidos y exfuncionario del Pentágono y del Comando Sur. Con una carrera que abarca mando en el mar, estudios en el U.S. Naval War College y el National War College, así como experiencia en los círculos más altos de la planificación estratégica, Miller se ha consolidado como una voz autorizada en materia de defensa y seguridad.
El diálogo comenzó con la gran noticia del momento: el acuerdo de paz entre Israel y Hamas, anunciado días atrás por el presidente Donald Trump. Para Mas, el momento representa una pausa histórica tras meses de tensión; para Miller, en cambio, la cautela sigue siendo necesaria. “Soy cautelosamente pesimista”, confesó. “En el corto plazo, la tregua parece sostenerse, pero el verdadero desafío es construir estructuras legítimas de gobierno y seguridad en Gaza sin la influencia de Hamas”.
El veterano oficial advirtió que, aunque el alto al fuego ha traído alivio y esperanza, la reconstrucción del tejido civil palestino y el establecimiento de un liderazgo estable “tomarán años y múltiples actores internacionales”. Recordó los fracasos de otros procesos posconflicto donde, por falta de planificación y liderazgo legítimo, la violencia regresó con más fuerza.
Raúl Mas planteó la siguiente gran pregunta geopolítica: si Trump podrá “pivotar” ahora hacia Ucrania y lograr otro acuerdo de paz entre Zelensky y Putin. Miller fue directo: “Lo veo difícil. No por falta de intención, sino porque Putin no ha mostrado voluntad real de negociar”. Sin embargo, destacó que el gobierno estadounidense “ha trabajado ambas crisis en paralelo”, y que la prioridad inmediata será consolidar la paz en Medio Oriente antes de emprender un nuevo frente diplomático en Europa.
“La guerra ya cambió: drones, inteligencia y velocidad”
Uno de los momentos más llamativos de la entrevista llegó cuando Mas y Miller analizaron el cambio tecnológico en la forma de hacer la guerra. “El conflicto en Ucrania y el reciente en Gaza han demostrado que el campo de batalla del siglo XXI está dominado por la automatización, los drones y la inteligencia artificial”, dijo Miller.
El capitán recordó que Ucrania produjo cerca de 2 millones de drones en 2024 y planea duplicar esa cifra, mientras que el sistema estadounidense, con todos sus recursos, “apenas puede fabricar 20 o 30 mil unidades en varios años, y a un costo mucho mayor”. Ese contraste —dijo— “muestra la urgencia de una reforma en la forma en que EE. UU. adquiere y desarrolla su tecnología militar”.
Miller elogió algunos pasos dados por la administración Trump, en particular la orden ejecutiva firmada en junio que acelera los procesos de certificación y pruebas de sistemas no tripulados. Pero advirtió que “la burocracia en el Congreso sigue ralentizando los avances”, ya que las cámaras discuten versiones distintas de la Ley de Autorización de Defensa Nacional para 2026. “Probablemente terminen con un híbrido entre ambos proyectos”, anticipó, “pero la gran pregunta es si será suficiente para darnos la velocidad que necesitamos. Probablemente no del todo, aunque será un paso en la dirección correcta”.
Raúl Mas subrayó que ese retraso puede ser peligroso: “Si los ucranianos pueden fabricar millones de drones y nosotros apenas miles, estamos en desventaja. No podemos permitirnos jugar a ponernos al día”. Miller coincidió, y señaló que solo un liderazgo presidencial decidido, dispuesto a usar el Defense Production Act en caso de emergencia nacional, podría romper el ciclo de lentitud e inercia que caracteriza al complejo industrial militar estadounidense.
Rare earths y el frente económico de la defensa
El diálogo se trasladó luego al terreno económico: la dependencia de Estados Unidos de China en la producción de minerales raros, esenciales para fabricar misiles, radares y sistemas de energía. “China controla cerca del 90 % del mercado global”, recordó Mas, preguntando si eso representa una vulnerabilidad estratégica.
Miller fue claro: “Sí, absolutamente. Nuestra cadena de suministro depende en exceso de fuentes externas”. Entre sus propuestas destacó una idea sorprendente: un programa nacional de reciclaje de metales raros, inspirado en las campañas industriales de la Segunda Guerra Mundial. “Con solo reciclar los componentes de los centros de datos y discos duros que se reemplazan cada año, podríamos cubrir entre el 20 % y el 40 % de las necesidades del Departamento de Defensa”, explicó.
También planteó el potencial del minado en el lecho marino, recordando que la zona económica exclusiva de Estados Unidos se extiende más de 4 millones de millas cuadradas. “Allí hay una riqueza mineral que podría aprovecharse bajo estrictos controles ambientales”, afirmó, proponiendo incluso la creación de una reserva estratégica de tierras raras similar a la Reserva Estratégica de Petróleo.
Formación, seguridad y el empleo del futuro
En la parte final de la entrevista, Mas dio paso a un tema de gran interés para jóvenes profesionales: la obtención de autorizaciones de seguridad para trabajar en la industria de defensa. Miller presentó su iniciativa S3C Corp, una empresa que ayuda a aspirantes y universidades a preparar candidatos “clearance ready”, listos para pasar los exigentes procesos de revisión federal.
Explicó que obtener una autorización de seguridad de nivel alto puede tardar más de 250 días, lo que representa costos enormes para las empresas. “Solo en tiempo improductivo, una compañía puede perder más de 100 000 dólares por empleado mientras espera la adjudicación del permiso”, detalló.
La empresa de Miller ofrece acompañamiento en revisión de antecedentes, redes sociales y formación ética para que los candidatos eviten errores en sus formularios y reduzcan tiempos de aprobación. Un programa piloto ya logró reducir los plazos de autorización en más de 100 días, lo que podría traducirse en miles de empleos más ágiles y eficientes.
Mas preguntó si la inteligencia artificial podría agilizar este proceso. Miller confirmó que el gobierno ya avanza hacia un modelo de “vigilancia continua”, apoyado en IA y minería de datos, aunque reconoció que plantea un dilema de privacidad. “Sí, suena orwelliano, pero la realidad es que ya ocurre. La diferencia es que ahora el monitoreo será sistemático y transparente”, afirmó.
La conversación cerró con una reflexión sobre el sentido de trabajar en defensa nacional: “Más allá del salario —que suele ser mayor—, hay una motivación altruista: contribuir a la seguridad del país”, dijo Miller.
Raúl Mas concluyó la edición con una síntesis que capturó el espíritu del programa: “Hoy recorrimos el mapa completo —de Gaza a Kiev, de Washington a Silicon Valley— y quedó claro que la guerra del futuro no se gana solo con balas, sino con tecnología, liderazgo y sentido común económico”.