Trump anuncia envío de Guardia Nacional a Chicago
Washington. — El presidente Donald Trump reavivó la controversia política al confirmar su intención de desplegar unidades de la Guardia Nacional en Chicago, en medio de un debate nacional sobre seguridad pública y el papel del gobierno federal en los asuntos locales. Paralelamente, el mandatario sorprendió al sugerir que el Departamento de Defensa debería retomar su antiguo nombre de “Departamento de Guerra”, lo que ha generado reacciones encontradas dentro y fuera del Congreso.
El anuncio del presidente provocó una inmediata respuesta del líder demócrata en la Cámara de Representantes, Hakeem Jeffries, quien acusó a Trump de “fabricar una crisis” con fines políticos. Jeffries advirtió que el despliegue de tropas en una ciudad estadounidense sin una solicitud formal de sus autoridades constituye “una amenaza constitucional que erosiona la autonomía de los gobiernos locales”.
El gobierno federal justificó la medida alegando un aumento de la violencia armada en Chicago, aunque cifras oficiales muestran que la ciudad ha mantenido niveles de criminalidad similares a los de años recientes. Para los críticos, el operativo responde más a un intento de proyectar autoridad que a una necesidad real de seguridad.
En Chicago, líderes comunitarios expresaron preocupación por el impacto de la presencia de tropas federales en la vida cotidiana. “Lo que necesitamos son programas de inversión social y oportunidades económicas, no soldados en las calles”, declaró un concejal local. Organizaciones de derechos civiles han advertido que el despliegue podría dar lugar a tensiones raciales y a un incremento en los abusos de autoridad.
Una propuesta con carga simbólica
En paralelo, Trump propuso rebautizar al Departamento de Defensa como “Departamento de Guerra”, nombre que tuvo hasta 1947, antes de la creación de las Fuerzas Armadas unificadas bajo la Ley de Seguridad Nacional. Según el presidente, el término actual no refleja la verdadera naturaleza de las misiones militares de Estados Unidos en el mundo.
“Llamarlo Departamento de Defensa es un eufemismo. Nuestros hombres y mujeres uniformados están entrenados para ganar guerras, no para administrar oficinas”, afirmó Trump en declaraciones a la prensa.
La idea fue recibida con escepticismo en Washington. Legisladores demócratas y algunos republicanos moderados señalaron que el cambio de nombre sería más simbólico que funcional, además de innecesario en un momento de polarización política y crisis presupuestaria. Para analistas militares, la propuesta refleja una visión de política exterior más agresiva y podría enviar señales ambiguas a aliados internacionales.
Escenario de confrontación
Los dos anuncios de Trump —el despliegue militar en una ciudad estadounidense y el renombramiento de la principal institución de seguridad nacional— colocan al país en una nueva fase de confrontación política. Para la oposición, ambos movimientos buscan consolidar una narrativa de fortaleza de cara a las elecciones legislativas de 2026. Para la Casa Blanca, en cambio, son decisiones necesarias para garantizar seguridad y honestidad en el discurso sobre la función militar.
El desenlace dependerá en gran medida de la respuesta de las cortes y del Congreso, que podría tener la última palabra sobre la legalidad del despliegue y la viabilidad de un cambio institucional tan profundo. Mientras tanto, Chicago se prepara para la posible llegada de tropas federales, en un ambiente de incertidumbre y tensión política.