Cuomo acusa a Mamdani de “dividir”

La contienda por la alcaldía de Nueva York vivió su momento más tenso con el segundo y último debate televisado entre los candidatos Adnan Mamdani, Andrew Cuomo y Curtis Sliwa. Desde los primeros minutos, el intercambio subió de tono cuando el exgobernador Cuomo acusó a Mamdani —el candidato progresista apoyado por el ala más radical del Partido Demócrata— de “ser una figura divisiva, sin experiencia ni ideas nuevas para la ciudad”. Mamdani respondió con dureza: “Lo que vemos aquí es a un hombre desesperado, golpeado en las encuestas, que solo sabe mirar hacia atrás”.

El debate, transmitido en horario estelar desde el auditorio del City College, se convirtió rápidamente en un reflejo del clima político actual de Nueva York: una ciudad dividida entre quienes piden reformas progresistas más profundas y quienes reclaman una vuelta al orden, la seguridad y la estabilidad económica. Cuomo intentó posicionarse como la voz de la experiencia, reivindicando su gestión pasada como gobernador y prometiendo “liderazgo real frente al caos”. En contraste, Mamdani insistió en que Nueva York necesita “romper con las viejas estructuras del poder” y abordar de raíz la desigualdad y la crisis habitacional.

Curtis Sliwa, el candidato republicano y fundador de los Guardian Angels, aprovechó la confrontación entre los demócratas para presentarse como “la alternativa sensata” en una campaña que calificó de “batalla entre el pasado y las fantasías ideológicas del socialismo”. “Los neoyorquinos están cansados de la violencia, los impuestos y los discursos vacíos”, dijo Sliwa, quien centró su mensaje en la seguridad pública, la reducción del gasto municipal y la defensa de la policía. Su tono directo y su experiencia en el terreno de la seguridad ciudadana lograron arrancar aplausos del público presente.

Cuomo, que intenta reconstruir su imagen tras su salida del gobierno estatal en medio de controversias, buscó mostrarse como un líder pragmático. “No necesitamos más experimentos con la ciudad más compleja del país. Necesitamos gobernabilidad, resultados y responsabilidad fiscal”, declaró. Mamdani, por su parte, se apoyó en un discurso más emocional, presentándose como la voz de las comunidades marginadas y atacando lo que calificó como “la política del miedo” que, según él, representan sus oponentes. “Los problemas de Nueva York no se resuelven con más policías o con más cemento, sino con justicia económica”, insistió.

Analistas consultados tras el debate coincidieron en que el enfrentamiento directo entre Cuomo y Mamdani evidenció el profundo quiebre dentro del Partido Demócrata local, mientras que Sliwa aprovechó el terreno para consolidar su narrativa de orden y eficiencia. A solo días de las elecciones, las encuestas muestran una carrera cerrada, con Cuomo intentando recuperar terreno y Mamdani capitalizando el voto joven y de minorías, mientras los republicanos confían en un voto de castigo contra el desorden urbano. Si algo dejó claro el debate, es que la batalla por el alma de Nueva York sigue abierta —y que la seguridad, el costo de vida y la identidad política de la ciudad serán los temas decisivos en las urnas.

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