El rey Carlos III ora junto al Papa León XIV
El rey Carlos III protagonizó este jueves un momento sin precedentes en la historia moderna británica al convertirse en el primer monarca del Reino Unido en más de 500 años que ora públicamente junto a un pontífice. El encuentro tuvo lugar durante su visita de Estado al Vaticano, donde el soberano británico fue recibido por el Papa Leon XIV en un ambiente de respeto, espiritualidad y reconciliación histórica entre la Iglesia de Inglaterra y la Iglesia Católica.
La imagen de ambos líderes —uno jefe de la Iglesia Anglicana y el otro cabeza de la Iglesia Católica— rezando juntos ante el altar de la Sala Regia del Vaticano dio la vuelta al mundo. Carlos III, quien ha expresado en múltiples ocasiones su interés por promover el diálogo interreligioso, pronunció una breve plegaria por “la paz, la dignidad humana y la protección de la creación”, mientras el Papa Leon XIV respondió con un mensaje de gratitud y esperanza.
El encuentro no solo tuvo carga simbólica, sino también diplomática. Desde su ascenso al trono en 2022, Carlos III ha buscado redefinir el papel ceremonial del monarca británico en un mundo multipolar, donde la fe y la diplomacia se entrelazan cada vez más. Fuentes del Palacio de Buckingham indicaron que el viaje fue concebido como un gesto de “continuidad y respeto mutuo” hacia la Santa Sede, en línea con los esfuerzos del Reino Unido por fortalecer sus vínculos con Europa tras el Brexit.
El Papa Leon XIV, por su parte, elogió el compromiso del monarca con el medioambiente y el diálogo entre religiones, dos causas que ambos líderes comparten. Durante la reunión privada posterior, discutieron temas globales como la crisis migratoria, la guerra en Ucrania y la situación humanitaria en Oriente Medio. Aunque no se emitió un comunicado formal conjunto, el Vaticano calificó la audiencia como “cordial y productiva”, destacando “el espíritu de fraternidad y cooperación” que caracterizó la jornada.
Historiadores recordaron que ningún monarca británico había orado junto a un Papa desde antes de la Reforma Protestante del siglo XVI, cuando el rey Enrique VIII rompió con Roma para fundar la Iglesia de Inglaterra. Por eso, el gesto de Carlos III fue interpretado como un cierre simbólico de aquella herida histórica. “No es solo un acto religioso, sino un mensaje de civilización”, señaló el historiador británico Simon Jenkins. En un mundo marcado por divisiones, la escena de un rey anglicano y un Papa rezando juntos se convierte, según muchos observadores, en una lección de reconciliación y respeto que trasciende credos y fronteras.