Trump en Asia: Entre la diplomacia estratégica y las críticas por descuidar la crisis interna

Mientras Estados Unidos enfrenta el cuarto cierre parcial de su gobierno en menos de una década, el presidente Donald Trump emprendió una ambiciosa gira por Asia que, según la Casa Blanca, busca reforzar alianzas y asegurar nuevos acuerdos comerciales frente al creciente poder de China. Sin embargo, las críticas no se han hecho esperar: ¿está el mandatario priorizando su imagen global sobre los problemas que afectan directamente a los estadounidenses?

El programa The Game, conducido por Wadi Gaitán, analizó la gira con dos invitados que representan polos opuestos de la política nacional: el estratega demócrata Marco Frieri y el analista conservador Jonathan Soto.

Para Frieri, la visita de Trump a Japón, Tailandia y Malasia es un movimiento de alto valor geopolítico, pero llega en un momento incómodo. “Estamos entrando en la cuarta semana del cierre del gobierno, los precios suben, los beneficios sociales se paralizan… y el presidente está celebrando acuerdos de los que ni siquiera conocemos los detalles”, señaló.
Según el estratega, los estadounidenses “no están viendo beneficios tangibles” de los recientes pactos comerciales. “Vimos algo similar con Vietnam: se habló de un gran acuerdo, pero solo fue un marco de entendimiento, no un pacto formal. Lo que sí se sintió fueron los efectos de los aranceles y la inflación”, añadió.

Soto, desde el ala conservadora, ofreció una lectura distinta: “Trump está jugando el largo plazo. Su política de presión comercial busca crear un entorno más justo para Estados Unidos. Si las alianzas en Asia se consolidan, eso será parte del verdadero enfoque de ‘América Primero’”.
A su juicio, los críticos “pierden de vista el carácter táctico de la negociación”. “El presidente usa los aranceles como herramienta para abrir puertas y conseguir mejores términos. Es la lógica del ‘arte del trato’”, dijo, en alusión al célebre libro de Trump.

Ambos coincidieron, sin embargo, en que el éxito de esta política dependerá de la estabilidad interna. Frieri insistió en que “sin un plan industrial sólido, sin incentivos para las empresas, los acuerdos internacionales quedan en el aire”. Y advirtió que la dependencia con China no se rompe solo con sanciones: “Hace falta una estrategia de sustitución productiva como la que Biden intentó con la Ley de Reducción de la Inflación”.

Para The Game, la conclusión fue clara: Trump está apostando su capital político a la diplomacia económica, pero el costo puede ser alto si el electorado percibe que su política exterior avanza mientras el país se estanca en casa.

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