Netflix bajo fuego: Denuncian adoctrinamiento infantil

En medio de un creciente malestar cultural, Netflix se encuentra en el centro de una tormenta política y social que va más allá del entretenimiento. En la más reciente edición de The Game, conducido -en esta oportunidad- por Driena Sixto y con la participación de Angelina Tamez y Daniel Garza, se analizó el boicot que padres y organizaciones conservadoras han emprendido contra la plataforma por incluir en su catálogo series y producciones dirigidas al público infantil con mensajes explícitamente “transafirmativos” y de redefinición de género.

El detonante fue la difusión de varios programas y películas animadas en los que personajes infantiles expresan transiciones de género o cuestionan los roles tradicionales. Para los críticos, se trata de una estrategia de “adoctrinamiento temprano” disfrazada de inclusión. “Ya no se trata de representación, sino de imposición”, señaló Driena Sixto durante el programa. “Están usando la curiosidad y la inocencia de los niños para introducir debates ideológicos que no les corresponden a su edad”.

La indignación creció luego de que diversos usuarios documentaran cómo Netflix recomienda ese tipo de contenidos incluso en perfiles configurados como “para menores”. La empresa no ha emitido una disculpa formal, pero defendió su política de diversidad de contenidos. Sin embargo, esa explicación no convence a los padres que han iniciado campañas bajo etiquetas como #BoycottNetflix y #LetKidsBeKids.

Para Angelina Tamez, el fenómeno no es accidental, sino parte de una tendencia más amplia de las corporaciones mediáticas que buscan alinearse con la agenda progresista para evitar ataques o cancelaciones. “El problema es que han convertido la inclusión en un dogma”, afirmó. “Ya no se trata de aceptar la diversidad, sino de imponer una narrativa donde quien no comulga con ese discurso es automáticamente etiquetado como intolerante”.

Daniel Garza, por su parte, subrayó el trasfondo político de este tipo de movimientos culturales. “Netflix y otras plataformas no operan en el vacío”, explicó. “Hay una alianza ideológica entre sectores de la izquierda política y la industria del entretenimiento, donde se entiende que moldear la cultura es más eficaz que ganar una elección. Si logran redefinir los valores familiares, ganan el futuro sin necesidad de convencer a los votantes”.

El debate ha llegado incluso al Congreso, donde varios legisladores republicanos han solicitado una revisión de las políticas de contenido y clasificación de edad de las plataformas de streaming. “No estamos hablando de censura, sino de responsabilidad”, dijo un congresista citado por el programa. “Las empresas privadas pueden producir lo que quieran, pero los padres tienen derecho a saber qué se está mostrando a sus hijos bajo el rótulo de ‘educativo’ o ‘inclusivo’”.

En redes sociales, miles de usuarios han compartido ejemplos de escenas donde se aborda el cambio de género infantil de manera explícita. Algunos clips muestran a personajes animados “revelando” nuevas identidades ante sus padres o amigos, en lo que los críticos consideran una banalización de temas médicos y psicológicos complejos.

“El entretenimiento se ha convertido en el nuevo campo de batalla ideológico”, sostuvo Sixto al cierre del programa. “Lo que está en juego no es solo lo que ven los niños, sino quién define los valores que guían a una generación. Y esa decisión, guste o no, pertenece a las familias, no a las corporaciones”.

El boicot a Netflix se extiende ya a varios estados, con asociaciones de padres llamando a cancelar suscripciones y exigir transparencia. En paralelo, plataformas alternativas con orientación familiar o cristiana reportan un aumento significativo de suscriptores. Lo que comenzó como una protesta cultural podría terminar transformándose en una señal política más profunda: la rebelión de los padres conservadores contra el monopolio ideológico de las grandes productoras.

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