Japón elige a su primera primera ministra conservadora
En un hecho histórico que ha captado la atención del mundo, Japón eligió por primera vez a una mujer conservadora como primera ministra. Más allá del cambio de género en el liderazgo, la elección representa un viraje ideológico: un regreso a los valores tradicionales, a la disciplina económica y a la defensa del orden nacional frente a la presión del progresismo global. En The Game, conducido -en esta oportunidad- por Driena Sixto, con la participación de Angelina Tamez y Daniel Garza, el tema fue analizado como un síntoma del nuevo mapa político internacional, en el que los ciudadanos parecen optar por liderazgos más firmes, pragmáticos y arraigados en la identidad nacional.
“Japón siempre ha sido un termómetro político del equilibrio entre modernidad y tradición”, comentó Driena Sixto al inicio del programa. “La elección de una mujer con visión conservadora demuestra que el discurso de la izquierda, basado en la victimización y el relativismo moral, ya no convence ni siquiera a las nuevas generaciones”.
La nueva primera ministra —que ha prometido fortalecer la economía doméstica, reforzar las alianzas con Occidente y revisar las políticas migratorias— representa una figura poco común en la política japonesa: firme, nacionalista, y partidaria de revalorar la autoridad del Estado y la familia como ejes del desarrollo social. “No se trata de una conservadora en el sentido norteamericano, sino de una política que entiende que la estabilidad y la cohesión nacional no son negociables”, explicó Daniel Garza. “Esa idea, que hace apenas unos años parecía pasada de moda, hoy está ganando terreno en todo el mundo”.
El ascenso de esta líder japonesa coincide con el fortalecimiento de movimientos de derecha en Europa y América. En Italia, Giorgia Meloni se consolidó como un referente del conservadurismo moderno; en Argentina, Javier Milei rompió el monopolio progresista; y en Estados Unidos, el presidente Donald Trump lidera nuevamente las encuestas republicanas. Para Angelina Tamez, este patrón no es casualidad: “La gente está cansada de gobiernos débiles, del lenguaje de la corrección política y de políticas que destruyen la productividad en nombre de la inclusión. Japón, con su cultura de disciplina y respeto, está marcando el camino”.
El programa subrayó también el simbolismo de que sea precisamente una mujer quien encarne este giro a la derecha. “Durante años, el feminismo de izquierda ha intentado monopolizar el concepto de empoderamiento femenino”, dijo Sixto. “Pero el liderazgo de esta primera ministra demuestra que una mujer puede defender valores conservadores, proteger la familia y, al mismo tiempo, dirigir una de las principales economías del mundo”.
Para Garza, el fenómeno japonés pone de manifiesto una verdad incómoda para el progresismo global: la libertad individual no está reñida con la identidad cultural. “Occidente está redescubriendo que el progreso sin raíces se convierte en vacío. Y Japón, con su respeto milenario a la tradición, lo está recordando al mundo”, añadió.
La elección ha sido recibida con prudencia por la Casa Blanca y con entusiasmo por varios líderes conservadores de Europa y América. Analistas señalan que el nuevo gobierno japonés buscará equilibrar su relación con China sin renunciar a la alianza estratégica con Estados Unidos, reforzando la cooperación en defensa y tecnología.
En el cierre de The Game, Driena Sixto destacó que este nuevo liderazgo no es un caso aislado, sino parte de una corriente global de recuperación del sentido común político. “Las sociedades están empezando a rebelarse contra el caos cultural y económico del progresismo”, concluyó. “Japón acaba de recordarnos que el orden, la identidad y la responsabilidad siguen siendo virtudes poderosas, incluso en el siglo XXI”.