Ileana Ros-Lehtinen: “La libertad económica sigue siendo el camino para el progreso”
En una nueva edición del programa The Game, la ex congresista Ileana Ros-Lehtinen protagonizó una conversación franca, intensa y profundamente reflexiva sobre los desafíos ideológicos que enfrenta Estados Unidos, desde el auge del socialismo entre los jóvenes hasta el papel decisivo del libre comercio y el liderazgo de las mujeres hispanas en la política.
Ros-Lehtinen, primera mujer hispana elegida al Congreso y una de las voces más respetadas del liderazgo republicano, ofreció una mirada que combina experiencia, memoria y convicción. Con tono didáctico, recordó que muchos de los males que hoy afectan al país —el alto costo de vida, la frustración económica y la búsqueda de soluciones inmediatas— están alimentando una peligrosa fascinación por modelos de control estatal que, según advirtió, “terminan siempre en pérdida de libertad”.
“Los jóvenes quieren soluciones rápidas a problemas reales: salarios bajos, alquileres imposibles, seguros inalcanzables”, explicó. “Y en ese vacío de respuestas, aparecen candidatos que prometen el cielo, como lo hicieron Castro en Cuba o Maduro en Venezuela. Pero lo que entregan no es justicia social, sino dependencia y miseria”.
La ex congresista habló desde la autoridad de quien vivió en carne propia los estragos del comunismo. Nacida en Cuba y exiliada en Miami siendo niña, recordó que su familia lo perdió todo bajo el régimen castrista, pero que en Estados Unidos descubrió la dignidad del trabajo y la recompensa del esfuerzo. “Mis padres comenzaron de cero. Trabajaron en cafeterías, lavaron ropa, y con el tiempo lograron abrir su propio negocio. Eso es capitalismo: tener la oportunidad de avanzar con tu propio trabajo, no esperar que el gobierno te lo dé todo”, subrayó.
Ros-Lehtinen sostuvo que el problema no está en los jóvenes, sino en la falta de liderazgo que defienda con claridad los principios de la libre empresa. “Hemos fallado en comunicar las ventajas del sistema que nos ha hecho grandes. Si no explicamos el valor de la libertad económica, otros llenarán ese vacío con promesas falsas”, dijo. Citó como ejemplo el trabajo del Congressional Hispanic Leadership Institute, del cual es presidenta, y de organizaciones como el LIBRE Institute, que buscan “formar embajadores del libre mercado” dentro de la comunidad hispana.
En el segundo tramo del programa, la conversación giró hacia el comercio internacional, otro de los temas que, a juicio de Ros-Lehtinen, debe regresar al centro del debate político. “El libre comercio es el motor de la prosperidad estadounidense”, afirmó. “Durante años, republicanos y demócratas coincidimos en que abrir mercados fortalecía no solo la economía, sino también nuestra seguridad nacional. Hoy hablamos demasiado de tarifas y muy poco de alianzas. Y una tarifa no es más que un impuesto al consumidor americano”.
La ex congresista enfatizó que el comercio con democracias aliadas fortalece el liderazgo global de Estados Unidos, mientras que las barreras y los castigos comerciales debilitan la confianza. “No se trata de proteger industrias obsoletas, sino de crear reglas claras que premien la innovación y la libertad”, insistió.
Finalmente, el diálogo abordó un tema de especial significado para Ros-Lehtinen: el ascenso de las mujeres hispanas en la política. Recordó sus inicios en la legislatura de Florida, los obstáculos que enfrentó y la importancia de abrir espacios de liderazgo para las nuevas generaciones. “La representación importa”, dijo con énfasis. “Si las jóvenes solo ven modelos de éxito en mujeres liberales, creerán que esa es la única forma de triunfar. Necesitamos también voces conservadoras, mujeres que defiendan la libertad, el trabajo y la responsabilidad individual”.
Ros-Lehtinen, quien hoy impulsa el programa Running Start para formar a jóvenes mujeres líderes, hizo un llamado a su partido a fortalecer el apoyo a las candidatas republicanas. “Las mujeres deben aprender a decir: ‘vota por mí, apoya mi campaña’. No basta con aplaudir su talento; hay que respaldarlas con recursos y estrategia”, señaló.
Con el tono optimista que la caracteriza, cerró la conversación evocando sus raíces y su propósito. “Yo trabajo ahora por mis nietos”, confesó. “Quiero que vivan en un país donde el esfuerzo siga teniendo sentido. Donde el sudor del trabajo valga, y la libertad no se negocie”.