Estados Unidos frente al tablero global: competitividad, China y el dilema latinoamericano

En el programa Dinero y Más, conducido por Raúl Mas, el analista y empresario Aaron Rosen ofreció una radiografía del momento económico y geopolítico que atraviesa Estados Unidos en el marco de la creciente competencia global. La conversación giró en torno a un tema central: ¿cómo se mantiene la economía más grande del mundo en un escenario marcado por la presión china, las dudas europeas y la urgencia de redefinir las relaciones con América Latina?

Rosen subrayó que, pese a los desafíos internos —como la deuda nacional de 36 billones de dólares y un mercado laboral con signos de estancamiento—, Estados Unidos conserva fortalezas estructurales envidiables: un mercado interno dinámico, universidades de prestigio, flexibilidad laboral y un ecosistema de innovación difícil de igualar. “Estos fundamentos hacen que EE. UU. siga siendo la envidia de muchas naciones”, apuntó.

Aaron Rosen, analista y empresario

El especialista recordó que durante décadas la estrategia estadounidense hacia China partió de la idea de que, al integrarla en el sistema capitalista global, Pekín adoptaría reglas occidentales. Sin embargo, lo que en los noventa parecía una apuesta segura derivó en un escenario complejo: “China decidió hacer las cosas a su manera, con una economía inmensa que hoy combina autoritarismo político y control estratégico de recursos críticos, como los minerales de tierras raras”, señaló Rosen. Para Estados Unidos, el dilema ahora es cómo competir sin perder las ventajas del libre mercado ni sacrificar su seguridad tecnológica y militar.

Europa, por su parte, enfrenta sus propios dilemas. Consciente de la pugna entre Washington y Pekín, la Unión Europea intenta no quedarse rezagada en innovación y tecnologías de próxima generación. Rosen recordó el informe de Mario Draghi a la Comisión Europea, que proponía reformas ambiciosas, aunque muchas quedaron en el papel. “Los europeos son más protectores del consumidor, pero menos agresivos en dejar correr los motores de la innovación”, explicó.

En el plano regional, Rosen advirtió que América Latina sigue siendo el “patio trasero desatendido” de Washington, un descuido que ha abierto la puerta a la expansión china en minería, infraestructura y finanzas. “Hace 20 años China no estaba presente en la región. Hoy está en todas partes. Y mientras EE. UU. pide a los gobiernos latinoamericanos distanciarse de Pekín, no ofrece alternativas de financiamiento viables”, comentó.

La conclusión de Rosen fue clara: la política exterior estadounidense enfrenta un reto doble. Por un lado, mantener el liderazgo frente a China sin caer en el aislamiento económico; por otro, recuperar influencia en América Latina para evitar que la región quede bajo el influjo estratégico de Pekín.

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