América Latina en la mira: China invierte, Estados Unidos reacciona
En parte del programa Intel Source, el debate giró hacia América Latina, convertida en un escenario decisivo dentro de la competencia entre China y Estados Unidos. El conductor Ron Aledo introdujo el tema recordando las palabras de la general Laura Richardson, jefa del Comando Sur: “China ha invadido América Latina”. El invitado Ariel Umpierrez matizó la frase: “Invadido no. China ha invertido, que no es lo mismo. Llegaron con lo que América Latina llevaba décadas esperando: capital, obras e infraestructura. Eso no es conquista, es oportunidad”.
Puertos en Perú, carreteras en Brasil, trenes en Argentina, plantas de energía en México: Pekín se ha convertido en socio de referencia para los gobiernos de la región. “Mientras Washington miraba hacia otro lado, China se dedicó a construir relaciones. Hoy sus productos dominan los mercados y sus créditos financian proyectos estratégicos”, explicó Umpierrez.
Aledo advirtió que la competencia no es puramente económica. “China está comprando influencia política. Cada obra, cada préstamo, es también una forma de poder blando”, dijo. Umpierrez respondió: “Y no podemos culparlos. El vacío lo dejó Occidente. Estados Unidos ofreció discursos sobre democracia, pero no inversiones. China hizo lo contrario”.
La conversación derivó hacia un punto sensible: el impacto del conflicto comercial entre Washington y Pekín en los productores agrícolas. “China dejó de comprar soya a los granjeros de Estados Unidos, y esa fue una crisis interna. En cambio, Argentina y Brasil están viviendo una bonanza. Yo mismo soy productor y lo veo: no tenemos subsidios ni privilegios, y aun así vendemos más que nunca”, relató Umpierrez.
Aledo resumió el dilema de manera contundente: “El libre mercado que Estados Unidos predicó durante décadas, ahora lo está practicando China”.
Esa paradoja —una potencia comunista ganando en terreno capitalista— refleja el nuevo mapa del siglo XXI: la supremacía global ya no se mide por ideología, sino por resultados.
El programa cerró con una reflexión compartida: si Washington quiere recuperar su influencia en América Latina, no basta con advertencias ni sanciones; hace falta reconstruir la confianza económica.
“Los países no buscan amos, buscan aliados que los tomen en serio. Y en este momento, China está cumpliendo ese papel”, concluyó Umpierrez.