EE. UU. frente a las marchas “No Kings” y la nueva batalla cultural
En una edición reciente del programa Punto Clave, la periodista Lucía Navarro y la portavoz de Turning Point Action, Driena Sixto, analizaron el creciente fenómeno de las protestas denominadas No Kings, impulsadas por grupos progresistas bajo la consigna de que Estados Unidos enfrenta una “amenaza autoritaria” por parte del presidente Donald Trump. Sin embargo, la conversación fue más allá del hecho puntual y derivó en un profundo repaso de la identidad fundacional del país: Un recordatorio de que la nación nació precisamente como una rebelión contra la monarquía y bajo un principio esencial —“no hay rey sino ley”— que sigue marcando el debate político contemporáneo.
Navarro abrió el espacio recordando los orígenes de la independencia estadounidense y la decisión de los fundadores de evitar cualquier forma de poder monárquico. “Cuando las trece colonias se liberaron del Reino Unido, lo hicieron para romper con Jorge III, con los impuestos injustos y la falta de representación. De ahí surge nuestra identidad republicana”, explicó. En ese contexto, las recientes marchas No Kings —auspiciadas por grupos afines al progresismo ideológico— buscan denunciar lo que sus organizadores califican como un “renacer del autoritarismo” en Washington. Pero, como puntualizó Navarro, “llamar rey a un presidente electo que cumple la ley es no entender el sentido mismo de la república”.
Driena Sixto, portavoz de Turning Point Action, fue más allá y cuestionó el origen del financiamiento detrás de las movilizaciones. “Todo esto forma parte de una sombrilla llamada Arabella Network, un sistema complejo que canaliza fondos desde organizaciones sin fines de lucro y ONG que incluso han recibido dinero federal”, denunció. Según Sixto, investigaciones recientes del Departamento de Eficiencia Gubernamental (DOGE) revelaron que recursos de programas como USAID —destinados originalmente a cooperación internacional— terminaron financiando actividades ideológicas en el extranjero y protestas en territorio estadounidense. “Por años, nuestros impuestos sirvieron para financiar causas izquierdistas y divisivas, sin el consentimiento del contribuyente”, afirmó.
La conversación también abordó el papel de George Soros y su red Open Society Foundations, señalada por Sixto como pieza clave en la articulación de movimientos progresistas a nivel global. “Soros no es estadounidense, pero influye directamente en nuestra política interna. Es un actor de no buena fe que fomenta la división social”, advirtió. En su opinión, si Washington aplica sanciones contra países que financian el terrorismo, debería considerar mecanismos similares para individuos que “desestabilizan desde dentro las instituciones democráticas”.
Navarro subrayó que la narrativa de los No Kings pretende vincular la figura de Trump con el autoritarismo, aunque la realidad —dijo— demuestra lo contrario. “Un rey no permite protestas en su contra, ni deja que los tribunales lo persigan judicialmente. Trump ha sido quizá el mandatario más investigado y criticado en la historia reciente, lo cual contradice la idea de una monarquía política”, observó. Sixto coincidió: “El presidente está haciendo cumplir las leyes migratorias y de seguridad. Eso no es tiranía, es deber constitucional. Proteger a los ciudadanos legales y a quienes hacen las cosas correctamente no es autoritarismo, es justicia”.
Otro punto central del programa fue el contraste entre la movilización progresista y la cultura del trabajo del conservadurismo. “Los republicanos no salimos a las calles a diario porque tenemos otras responsabilidades: trabajamos, producimos y votamos”, ironizó Sixto. “Las manifestaciones de la izquierda no son orgánicas, dependen de incentivos económicos y estructuras organizadas”. Navarro añadió que los llamados a boicotear el Black Friday por parte de No Kings representarían un golpe directo a la economía de los trabajadores y pequeños comercios, en plena crisis derivada del cierre gubernamental.
La conversación cerró en un tono más esperanzador, al destacar el esfuerzo de Turning Point USA por formar jóvenes conservadores y restaurar el equilibrio ideológico en los campus universitarios. Sixto explicó que la organización, en alianza con el gobernador de Florida Ron DeSantis, trabaja para facilitar la creación de capítulos estudiantiles que promuevan el debate libre. “Durante años fue casi imposible abrir clubes de derecha en escuelas públicas y privadas por la resistencia ideológica del profesorado”, contó. “Hoy, gracias al apoyo del estado, los estudiantes pueden organizarse sin censura”.
El diálogo también rindió homenaje a Charlie Kirk, fundador de Turning Point, cuya reciente muerte marcó —en palabras de Sixto— “un punto de inflexión en la cultura americana”. “Charlie inspiró a una generación entera a volver a la fe, al civismo y a la responsabilidad. Su legado nos une y nos impulsa a seguir defendiendo los valores que hicieron grande a este país”, dijo emocionada.
Lucía Navarro cerró el programa con una reflexión que encapsula el espíritu del debate: “La historia de Estados Unidos nació de la rebelión contra un rey. Hoy, el desafío es preservar esa libertad frente a quienes buscan sustituir la ley por ideología. Porque en esta nación —ayer, hoy y siempre— no hay reyes: hay ciudadanos libres bajo la ley”.