J.D. Vance defiende el alto al fuego en Gaza y advierte contra quienes “apuestan al fracaso” del plan de paz
El vicepresidente de Estados Unidos, J.D. Vance, inició una gira diplomática por Oriente Medio con un mensaje claro: Respaldar el cese de hostilidades entre Israel y Hamas, piedra angular de la estrategia internacional del presidente Donald Trump. Desde una base militar al norte de Gaza, Vance denunció lo que llamó “una extraña actitud de algunos sectores, casi un deseo de que el acuerdo fracase”, insistiendo en que este proceso “no es el fin”, sino el comienzo de una etapa más estable para la región. Sus palabras reflejan tanto el respaldo de la Casa Blanca al gobierno israelí como la intención de consolidar el papel de Washington como mediador activo en Medio Oriente.
El viaje del vicepresidente ocurre en un momento de extrema sensibilidad, tras la firma del acuerdo de paz que puso fin a meses de enfrentamientos y llevó a la liberación de los últimos rehenes en manos de Hamas. Vance llegó a Israel con un mensaje de firmeza y prudencia, recordando que la implementación del pacto requerirá tiempo, compromiso y vigilancia internacional. Fuentes diplomáticas señalaron que la delegación estadounidense busca mantener la coordinación directa con las autoridades israelíes y con los gobiernos árabes del Golfo, que han visto en este pacto una oportunidad para normalizar relaciones con Israel y frenar la influencia iraní en la región.
Durante su intervención, el vicepresidente advirtió que cualquier intento por desestabilizar el proceso —ya sea por parte de facciones extremistas o de críticos internos— podría poner en riesgo un logro que definió como “histórico” para la política exterior de Estados Unidos. Vance también criticó a los medios occidentales por promover, según dijo, una narrativa pesimista que podría erosionar la confianza en el alto al fuego. “Cada vez que ocurre un incidente, muchos se apresuran a declarar el fin del acuerdo. No lo es. La paz se prueba en los días difíciles, no en los titulares fáciles”, afirmó.
El alto al fuego mediado por la administración Trump establece una desmilitarización gradual de Gaza, la apertura de corredores humanitarios y la creación de una autoridad transicional con supervisión internacional. Israel, aunque mantiene reservas sobre la viabilidad del pacto, ha expresado gratitud por el papel de Washington y por el compromiso del vicepresidente Vance de garantizar que Hamas cumpla sus compromisos. Analistas señalan que el éxito o fracaso del acuerdo podría determinar el legado diplomático de Trump, que aspira a dejar una impronta duradera en la estabilidad de Medio Oriente.
Con su visita, Vance busca consolidar la narrativa de una administración que combina poder militar y diplomacia pragmática. Su mensaje, orientado tanto al público estadounidense como a los socios internacionales, es inequívoco: el liderazgo de Estados Unidos en la región no debe medirse por la rapidez de los resultados, sino por la firmeza de su compromiso. En un momento en que la política global parece dominada por el escepticismo, la Casa Blanca apuesta por convertir un alto al fuego incierto en un punto de inflexión para la paz duradera.