“La libertad económica como legado inmigrante: la historia familiar que inspira a defender el capitalismo”
En Mrs. Monet, la conversación se tornó personal cuando Monet Bacs compartió la historia de su familia, un relato que explica su firme defensa del capitalismo y la libertad individual. “Mi abuelo era jugador profesional en Guatemala y viajaba a Cuba durante los años de Castro. Una vez dio unas monedas a una mujer pobre, y la policía lo amenazó por hacerlo. Esa fue la última vez que creyó en un sistema donde ayudar al prójimo se castiga”, relató con emoción.
Aquel episodio marcó el destino de su familia. Su padre emigró a Estados Unidos durante la administración de Ronald Reagan, en busca de una nación donde el esfuerzo fuera premiado, no reprimido. “Mi papá creyó tanto en la oportunidad americana que estuvo dispuesto a dormir en la calle para quedarse aquí y estudiar. Ese sacrificio cambió nuestras vidas”, contó Monet. “Por eso siempre digo que el capitalismo no es codicia, es gratitud. Es el sistema que nos permite construir, no destruir”.
Ricardo Alfaro, también inmigrante, se sumó al testimonio. “El corazón del capitalismo es la propiedad privada. El derecho de poseer algo y decidir libremente qué hacer con ello. El gobierno no puede decirte cómo manejar tu negocio”, afirmó. Ambos coincidieron en que la experiencia inmigrante demuestra mejor que ninguna otra la fuerza moral del mercado libre: el deseo de trabajar, crear y prosperar sin depender del Estado.
El episodio cerró con una frase que resonó en redes sociales: “El capitalismo nos dio la libertad de fallar, y por eso nos dio la libertad de triunfar”. En tiempos donde las ideas socialistas reaparecen con un nuevo envoltorio, el mensaje fue un recordatorio poderoso de por qué la movilidad social y la libertad económica siguen siendo los pilares del sueño americano.